domingo, 20 de enero de 2013

"A veces no quiero, no puedo seguir."

Lo he pensado.
Me parece inconcebible que tantas personas quieran algo y no logren llevarlo a cabo, en qué momento la 'flojera' empezó a ser dominante. Nadie me avisó, pero al parecer caló hasta en mí.
Años atrás, cuando el problema era cotidiano y de variadas perspectivas (con eso me refiero a que llegaba, a la vez, a distintos grupos sociales) fueron capaces de unirse en un sólo movimiento y lograr el cambio en 180° grados, el cual hasta el día de hoy parece ser un logro que, aunque no hayas podido ayudar a realizar, te hace sentir demasiado orgulloso. Pero hoy, hoy parece que ya no hay ganas.
Hoy parece que el egoísmo es mayor y que la empatía, LAPALABRITAQUETANTOMEGUSTA, está cada vez más desaparecida.
A qué vamos a llegar con esto? qué clase de movimientos sociales o fenómenos podrían causar efecto si la población que está con ellos es, sin menospreciar, la que hasta el momento tiene una opinión bastante mirada en menos y que no es capaz de difundir o ampliar los medios de difusión para que esto sea masivo. Porque aunque su mayor afán sea unir a la población y lograr que a mayor adhesión, mayor respuesta a las demandas (cosa que no está muy lejos de la realidad), se dedican más que todo a excluir, a alejarse, mediante un pensamiento radical que no los llevará muy lejos a menos que el movimiento lo mantengan 3 generaciones más luego de su muerte.. y por lo que veo, la paciencia no es lo que más poseen. A pesar de que deberían tenerla de cierta forma, en algún sentido.
Y entonces es ahora que flojera y desunión se mezclan para el resultado final, que es lo que tenemos hoy. Casi dos años de pseudolucha que no han traído más que resultados que probablemente podrían haber sido logrados de forma más sencilla, sin tanto esfuerzo. Porque de que los políticos nos tienen pal webeo, nos tienen pal webeo. De que existe desigualdad, por la chucha que existe desigualdad. De que los diputados deberían ganar menos, HARTO menos que deberían ganar. Y de que, como alguna vez dijo el Che,si somos capaces de temblar de  indignación somos compañeros, puta que somos millones de compañeros en distintas realidades que si fueran capaces de ponerse en los zapatos del que peor está en estos momentos, lograrían arreglar aunque fuera un poquito la sociedad, el mundo en el que estamos viviendo.
No es posible que vivamos satisfechos, gozando todo tipo de placeres mientras hay niñitos en campamentos que no tienen la posibilidad de educarse, de divertirse, incluso de comer! Es eso normal? Alguien piensa eso cuando sale, cuando se junta con amigos? Porque yo lo vengo pensando desde hace 4 días, en que sí, he carreteado, pero juro que este pensamiento ha venido a mi cabeza en algún momento de la noche. Y todavía no puedo dejar de pensar en la indignación que me produce la realidad que viví hace un par de semanas, la cual supongo que estará por mucho tiempo.
Lo importante ahora es crear la conciencia, lograr que la gente no sienta sólo lástima con este tipo de cosas, sino que también indignación y ganas de hacer algo. Ganas de, aunque sea, regalar un paquete de fideos y qué se yo. Todo ayuda en algunas situaciones.
Y por lo demás, tener en claro que esa gente desvalida no está dispuesta a esperar que un grupo de pendejos haga show en las calles tirando molotovs o rompiendo obras públicas, semáforos o paraderos. Ellos no tienen tiempo para que un grupo de jóvenes que se supone tienen la madurez suficiente para demandar igualdad, use la violencia como medio en el Siglo XXI. Ellos simplemente no tienen tiempo..
Lo único que hay que tener claro es que es necesario organizar, y luchar. Pero hay que ser inteligente, porque pa qué vamos a andar con weás, si los políticos han sido inteligentes. De lo contrario, cómo llevan tanto tiempo haciéndonos weones? Pero en cualquier momento eso puede cambiar, es cosa de pensar y planear; organizarse, teniendo en cuenta que el sistema de arregla/destruye desde adentro, y sin ser enfocado desde ningún partido político. Simplemente de adentro, de forma inteligente y elaborada.

miércoles, 2 de enero de 2013

Me encantaba desde siempre. Cuando supe que había tenido problemas parecidos a los míos por el asunto de la sexualidad fui la más feliz, porque dije "tengo alguna oportunidad por acá"; pero era más grande. Tenía 21 y yo 16, al parecer eso la estaba preocupando.
Por lo demás, era la hermana de una gran amiga de cuando pequeña. La vi crecer, y para qué hablar de ella: si hasta escuchaba mis penas amorosas y líos mentales en las madrugadas de mi pubertad! Pero, diablos, qué exquisita era. Hace poco me había enterado que era ex novia de una conocida, casi amiga y muy confiable señorina que conocía desde hacían ya 2 años atrás. Se imaginarán la envidia que tuve.

Independiente de todos los datos que he dado sobre la susodicha, estaban mis ganas terribles de besarla y "hacerla mía" (no suena muy acorde teniendo en cuenta que tenía 5 años más que yo), pero de todas formas algo tenía que ver. Casi ni nos veíamos pues me había distanciado de mi amiga, su hermana, sin embargo de vez en cuando me acordaba de ella.. Era una persona profunda, de esas que te retan intelectualmente. Me encantaba la sensación jaja a veces leía sus actualizaciones en facebook, sus reflexiones y me parecía tan extraño. Había pasado por sus evoluciones! de chica emo a un toque de emo con rocker, de chica emo/rocker a rockera, y de rockera a lo que era hoy: una mujer peculiar y que bastante llamaba la atención.

Pero vamos a la parte interesante..

Con mis amigas habíamos organizado esa junta como forma de conmemoración a esas pequeñas salidas que teníamos donde íbamos a su casa (la de mi amiga. Sí, la hermana) a ver películas y comer palomitas. Aprovechábamos de hacer cosas súper lady como pintarnos las uñas, hablar de música, escuchar música y sacarnos fotos. Era algo así como una pseudopijamada niñita. Cabe mencionar que nunca fui la más contenta con esas cosas? Yo era la que se paraba, la que se iba a meter a la pieza de B (B es la hermana, es más fácil referirse a ella así). Yo era la que miraba su pared, y me acostaba en su cama. Yo era la que registraba su pieza por encimita, de simple curiosidad y ganas de no hacer las cosas que hacían mis amigas. Me aprovechaba de que B casi nunca estaba, porque se había ido a estudiar a Stgo. y al venir se encargaba de salir a carretear cada noche que se le daba la gana, a pesar de que no era de esas locas reventadas, sino bastante inteligente con esas cosas. Y en fin, luego de hacer esto, volvía a la pieza de mi amiga, F, y no hacíamos nada. Pero una noche en que me quedé a dormir allá junto a una o dos amigas más, pasó lo que quizás siempre esperé: yes, sir. That.
B llegaba de su típico carrete, era tarde, de madrugada. Yo, que siempre he tenido el sueño bien liviano, con el sonido de la escalera desperté y noté que mis amigas dormían plácidamente. No miento, en serio me dieron ganas de ir al baño, y me dió un poco de vergüenza el tener que encontrarme con ella. Intenté aguantarme pero ya no pude más, y me paré. B estaba sentada en su cama en un estado cómico que mezcla relajo/drogas/copete/ y el deseo sexual que supongo a todos nos embarga cuando nos embriagamos un poquito.
Yo me paré y fui al baño, a la vuelta sentí que me llamaba. No soy weona y no lo pensé dos veces. Al minuto estaba sentada en su cama conversando con ella.
Conversamos cosas interesantes, la actualicé un poco en lo que respecta a mi vida porque de lo último que habíamos hablado era de mis infinitos problemas en mi casa por mi sexualidad. Se empezó a sacar la ropa, supongo que empezó a hacer calor..
Tenía un cuerpo totalmente deseable: Senos pronunciados, caderas anchas y un trasero que me llamó mucho la atención aunque éstos nunca hayan sido mucho de mi gusto. Y yo? Bueno, en pijama. Con mi polerita ancha sin mangas y un pantalón animal print que en verdad me encantaba. Conversábamos de lo mejor cuando de repente, y no sé por qué, sonrió. Su cara me pareció invitándome a algo y se veía tan linda que no me pude resistir. Me tomó y nos besamos como hace mucho no lo hacía. Con pasión, deseo, y el inconfundible sabor a marihuana, cigarro y vodka naranja de su boca. Nos besamos como ambas queríamos, con la luz apagada y la puerta cerrada. Quizás esperando que el amanecer que ya venía no llegara. B fue de a poco, algo bastante peculiar teniendo en cuenta que no estaba del todo sobria aunque sí tenía bastante conciencia de lo que estaba pasando. Comenzó conociendo mi cuerpo y desnudándome; No podía creer que esa pieza que tantas veces recorrí tuviera nuestras ropas por todos lados y fuera testigo del momento de pasión que se estaba viviendo. Me hizo suya como siempre quise, me recorrió entera y vivimos la experiencia sexual más linda jamás imaginada. Creo haber estado, si no los tuve, muchas veces muy cerca de un orgasmo. Nunca me equivoqué al pensar que B era buenísima en la cama.
No sé por qué pero fui parte del éxtasis y el viaje que ella tenía bajo el efecto de las numerosas drogas según se notaba que había probado esa noche, me contagié con su placer además del que ya ella me estaba provocando. Parecía un momento perfecto, de esos que no quieres que nunca terminen. Sus gemidos, los míos, los mordiscos, los labios, agarrarle fuerte el pelo, el tacto; todo era perfecto. Para qué hablar de su lengua, que me recorrió como ni yo lo había hecho.
Fui volviendo de a poco en mí y vi su pared, llena de imágenes extrañas, y muchas fotitos de Avril Lavigne, recuerdo tangible de sus años de adolescencia (era su cantante favorita cuando tenía mi edad, aún lo recuerdo). Recorrí con mi mirada toda su pieza en un estado inconfundible y a la vez irreconocible, mientras ella tocaba mis senos suavemente; ya había vuelto en sí. Vi la ventana y vi que amanecía, "desperté" de golpe porque ya tenía que irme a la pieza de mi amiga, que estaba al lado. Le dije lo que correspondía y le di un beso que para ella fue un 'Sigamos el jueguito'; la detuve, ya no podíamos seguir. Me paré, me vestí y me fui. Intenté dormir pero no podía. ERA INCREÍBLE. LO QUE QUISE DESDE QUE CONOCÍA A ESA MUJER POR FIN SE HABÍA HECHO REALIDAD.
Lo gritaba dentro de mí anhelando tener a alguien a quién contárselo, pero no podía. Entonces dormité un rato hasta que las niñas despertaron. Bajamos a comer y B todavía dormía. Lo único que quería era que no despertara, no quería verle la cara, qué vergüenza meterse con la/el herman@ de tu amig@. Tomé mis cosas al rato, me despedí de sus papás y me fui con la otra amiga. Lo único que quería era salir de esa casa, pero no por tristeza ni preocupación, sino porque me sentía extremadamente contenta y satisfecha con lo que pasó esa madrugada y no podía mantenerme ahí callándolo. Parecía sacado de una película.
Y no me voy a olvidar de todo lo que llegué a sentir con esa mujer, la mujer tatuada y fumadora compulsiva, con el pelo negro no más abajo de los hombros. Los ojos profundos y cafés que hablaban más bonito que su propia lengua al momento de amar.

No, esta entrada no es del todo real. Nada puede ser tan perfecto, pero bueno, una que otra cosa sí que lo es..
10-4.