miércoles, 4 de diciembre de 2013

MARCApermanente

Y soñé. Tan real como si lo hubiese presenciado, como si hubiese corrido todos esos metros feliz y ansiosa por tatuarme aquella frase que he querido desde hace ya bastante tiempo y que, pretendo, sea mi primer tatuaje por el increíble significado que tiene para mí: De la piel para adentro mando yo. Título o comienzo de un poema cuyo autor es anónimo pero cuyas palabras me calan tan profundo que no me cabe duda al pensar que el sufrimiento del primer tatuaje sin duda alguna valdría la pena.
Mentiría si dijese que recuerdo haberme tatuado, en las condiciones, con quién, pero al parecer es un sí.
Corría mucho buscando el lugar donde me lo tatuaría, mi conclusión fue que estaba indecisa, que mi inseguridad salía a la luz hasta en mis sueños. Mi recorrido era por un lugar parecido al caracol colonial de acá, era lindo, me encanta el caracol. Su estructura, ubicación, forma. Lo que significa, en fin. Pensándolo bien ahora el modelo que yo quería al momento de escribir la forma era como ondulado, en espiral, y aquello concuerda con la forma del caracol. Es tan inteligente el subconsciente.
Pero bue, hubo un cambio de plano que probablemente se dió una vez que ya llevaba conmigo el tatuaje. Me trasladé a una plataforma sobre un escenario, un escenario situado no sé dónde, a decir verdad, pero donde el público se me hacía muy familiar. Eran mis amores. Mis amores pasionales, algunos más que otros. Y los tildo de pasionales pues mi familia y amigos también son amores, pero aquí estaban esos que me tocaron, besaron, acompañaron y observaron. Todos ellos.
Yo me disponía a decir unas palabras, algo iba a explicar y a la vez me interesaba que todos supieran lo de mi nuevo tatuaje. Después de todo era esa la frase que me había marcado de por vida.
Entonces vi su rostro, su rostro de mujer. Estaba sentada en primera fila, me dieron ganas de hablarle y no lo hice. También vi el suyo, tenía cara de niñito esperanzado. Quizás tuve ganas de hablarle pero tampoco me atreví. Estaba también el malo del asunto, con su mirada falsa de interés, quizás no tan falsa pero no natural.
Metros más atrás, con la muchedumbre, miles de rostros a los que alguna vez de seguro les coqueteé o a los que besé; parecían no importarme.
Lo contrario pasaba con los otros, los verdaderos amantes, que se veían a simple vista. Pero entre tanta mirada olvidé que ellos me miraban a mí y que esperaban que diera mis palabras, entonces intenté a hablar pero ni siquiera sabía que iba a decir. Preferí quedarme callada, luego de haber observado toda la panorámica al público que me miraba.
No dije nada, no tengo ni clara la idea del sueño, no sé si en éste me tatué o no, pero si me sirvió para sacar conclusiones:
-Debo la forma a mi futuro tatuaje a mi pasión por la arquitectura del caracol colonial.
-Y qué si hubo amor, y qué si hubo pasión, o si hubo sólo deseo: cada una de esas personas que lograron soportarme y de alguna u otra forma se sintieron atraídos hacia a mí se asemejan a un tatuaje con determinada forma, lugar, importancia y con infinitos colores que llevo en mi piel.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

a 40

Supongo que el número más leído y escuchado en estos últimos días es el 40.
4 décadas de heridas, 4 décadas de incertidumbre, 4 décadas de resentimiento. Gente que aún no sabe qué fue de sus familiares, pero que lamentablemente está al tanto de cómo podrían haber dado fin a su vida, ya que es conocido por todos los que nos interesamos en el tema las formas de tortura y métodos de matanza.
Pero antes que referirme al odio y al dolor que me provoca saber lo que pasó durante aquellos años en este país por nada más que ambición por parte de aquellos, en su mayoría, derechistas sin juicio, me gustaría referirme a la falta de algo.
Porque sabemos bien que en la época vivimos una crisis, nos faltaba mucho, nos faltaba comida, nos faltaba orden, dinero, nos faltaba organización. Y habrá faltado otra cosa? para llegar a la matanza, para llegar al secuestro indiscriminado de personas con ideas diferentes.. no es que acaso faltó criterio? empatía? no faltó, acaso, amor? AMOR!
Yo creo que es la base de todo. Y suena tan mamón la verdad, pero es lo que la inocencia de mi cabeza me deja pensar. Que el amor fue lo que no hubo, y que mezclándose con la violencia dió como resultado todo lo que hoy en día se conmemora con manifestaciones, muro de los caídos, programas, documentales, etc.
Hoy en día ya no hay tanta violencia; los Derechos Humanos desde mi punto de vista sí fueron violados y eso no puede ser más que por falta de amor a la humanidad, falta de conciencia, falta de esperanza; pero lo realmente peligroso es que la falta de amor sigue existiendo, y a pesar de que hoy ya no se mezcla con violencia porque luego de tantas malas experiencias hemos sabido (en parte) cómo hacernos respetar frente a unas autoridades que poco o nada respetan nuestra integridad, sigue existiendo esa falta de amor, que con un poco de incentivo puede estallar en otra revuelta violenta y que deje como consecuencia la pérdida de muchos seres queridos y personas que de alguna u otra forma ayudaban a la sociedad.

Como mujer, como persona, como chilena y más que todo como humana, nunca he estado de acuerdo con las manifestaciones que involucran violencia. Nunca me ha gustado romper cosas para demostrar mi descontento, nunca he apoyado las iniciativas de encapuchados porque creo que las cosas se hacen a rostro descubierto si representan realmente una convicción. Sin embargo, allá afuera, quizás a esta misma hora hay personas que sí creen en ello, que sí justifican la violencia, que la ven como una forma de lograr sus cometidos, y es eso mismo lo que no me cabe en la cabeza.
Queremos repetir un episodio como el del golpe de estado? Yo creo que no, incluyendo a esos fachos culiaos que hablan de cómo pinocho arregló la economía y la forma de vida. SEÑOR, SEÑORA.. a usted le habrán arreglado la vida! mientras a su mesa llegaban kilos de pan, en la mesa de otro se comentaba la muerte de un familiar o ser querido. Pongámonos un poquito en el lugar del otro.
Y para aquellos que siguen creyendo en la violencia, déjenme decirles que yo veo mucha similitud entre un rostro encapuchado y un cuerpo uniformado.
Mucha similitud entre bombas molotov lanzadas en marchas y bombardeos sin justificación.
Veo mucha similitud entre paraderos quemados y personas quemadas en el 73'.
Veo mucha similitud entre los ricos del golpe y los ricos actuales. Así como veo que los pobres de la época siguen siendo los pobres de ahora.
Lo peor de todo es que sigo viendo cómo los de arriba nos mandan y controlan, veo similitud en las formas de gobierno, NO VEO CAMBIO A PESAR DE TODAS Y CADA UNA DE LAS FORMAS DE LUCHA QUE HEMOS INTENTADO CON VIOLENCIA.
No nos da acaso para pensar? no nos hace pensar un poco que no lo estamos logrando? Que necesitamos formas de lucha efectivas! que necesitamos que se sepa qué pasó con los detenidos desaparecidos, qué paso con familiares de personas que siguen llorando una muerte y no pueden vivir un luto correspondiente. Pero ahí están ustedes, manifestándose, rompiendo cosas.
Se me parte el alma cuando veo programas del golpe, se me parte el alma escuchar testimonios, y pienso en cómo habría sufrido al haber vivido en esa época. Pero no por eso voy a justificar violencia actualmente, es más, es tiempo de demostrar cuan baja y básica fue una dictadura militar.

No caigamos en el juego, y tal como dijo una torturada, mejor recordemos que "somos personas dignas. Los torturadores, no."

sábado, 13 de julio de 2013

Podría tomar una bicicleta
y partir lejos.

Olvidarme de las penas y de las alegrías.
Sentir el viento en mi cabello y en mis manos frías.
Sentir como se pone mi nariz helada,
sentir cómo se siente el no sentir nada.

Podría tomar un automóvil
y partir lejos.

Olvidarme de lo que contamina,
olvidarme de lo que me contamina.
Recordar esos viajes a mi comuna natal,
recordar a mi familia, y a su forma de amar.

Podría tomar un bus 
y partir lejos.

Olvidarme de que existe un orden cualquiera,
cambiarme de asiento cuantas veces quiera.
Hablarle a todos, conocer sus destinos,
y lograr hacer lo que tanto me falta: grandes amigos.

Podría tomar un avión
y partir lejos.

Olvidarme de la disconformidad,
velar por mí y mi comodidad.
Darme lujos que creo merecer,
andar por el cielo esperando volver.

Podría recordar que tengo pies
y partir lejos.

Gozar de una mentalidad revolucionaria
por no necesitar, absolutamente, nada.
Llegar al límite de lo permitido
teniendo sólo ansias de viaje conmigo.

Ganas de volver a empezar,
ganas de reestructurar.
Porque ante un desconcierto tan grande,
lo único que queda es viajar.

lunes, 3 de junio de 2013

M U CH O Y NA D A (a la vez).

La rutina es cada vez más notoria, el conformismo me hace sentir cada vez más hipócrita, el aburrimiento ya no se va con alcohol ni cigarros, todo está bien y todo está mal.
El diálogo ya no es entretenido: Antes siempre tenía algo que me alegraba o entristecía mucho, ahora soy un simple gráfico, plano y normal. No he conocido a nadie, no me he equivocado. Estoy haciendo todo como corresponde por mi tranquilidad, pero resultó siendo peor. 
No extraño a nadie, aunque sí anhelo dar amor. 
No extraño nada más que dar amor.

Escucho a cantantes que antes me cargaban, veo programas que antes me aburrían. Hago transformaciones en mí pensando que lo malo lo estoy proyectando desde adentro, pero a la vez siento que es una especie de mala racha lo que tengo. Son las sorpresas lo que le dan la entretención a la vida, y fue la misma vida la que me dió la sorpresa de que no era todo como yo creía.. La época más dura de mi corta vida fue más entrañable y acorde conmigo que la tranquila. 
Estoy superando ciertos defectos que tenía, estoy trabajando en ello, pero para qué? para que al final del día me acueste a escuchar a la Javi Mena llorando? Estudio y obtengo los resultados que me espero, me está yendo bien en lo que me tiene que ir bien, pero para qué? para llegar a la U estresá y con todos mis sueños de joven libertaria por el piso? Critico tanto, me critico tanto. No entiendo gran parte de las cosas que antes me parecían normal, quiero ir más allá y no sé cómo. Ya no me gustan las marchas, no me gustan las manifestaciones a tontas y a locas que hacen y que antes me inspiraban al sueño juvenil de un mejor mundo. No me gustan las acciones solidarias falsas. Estoy harta del sinismo y la inconsecuencia de la que están dotados la mayoría de los movimientos hoy en día. Quiero algo efectivo, quiero algo en serio. Quiero cosas serias en todos los ámbitos de mi vida. 

Tengo mucho y tengo nada. Me están dando mucho, me llega mucho de afuera, y no estoy siendo capaz de recibir. Porque a la vez no tengo nada, nada me pertenece, nada me sorprende. Nada me motiva.

Y eso no es lo tan malo; lo verdaderamente malo es que cada vez se me alejan más objetivos y se acercan otros inimaginables. Quiero un cambio en este sistema, el sistema del que todos somos víctimas y el sistema de mi vida. El sistema que me rige; ese sistema al que tan fiel soy pero que ni siquiera comprendo.

Me doy cuenta de esto cuando se empieza a alejar gente, cuando me alejo yo de lo que era, cuando yo misma alejo a gente. Y me agota cuando pienso que es un proceso normal de la adolescencia, el cual sufro ahora y me atormenta, pero que cuando sea más grande, me va a traer sufrimiento por el deseo de volver a vivir estos únicos momentos en que juzgo todo lo que veo, oigo y entiendo.
Qué enriquecedor es vivir (no pasar) encima de todo y todos. Qué empobrecimiento cuando se ponen los pies donde corresponde.

viernes, 22 de marzo de 2013

Para mi desconocido más cercano.

¿Cómo estás? ¿Qué ha sido de ti? ¿Superaste aquel dolor de hace un par de amaneceres?
Me gustaría preguntar esto sin usar las letras de un aparato electrónico, pero se me hace imposible, por motivos que espero sólo conozcamos nosotros dos.
Quisiera explayarme de tal forma que te sintieras en confianza para decirme qué es lo que pasa por tu mente cuando nos encontramos por los fríos y amplios pasillos de nuestro único lugar de encuentro, pero no me siento con la facultad para hacerlo. Siento que corrompo tu intimidad y que no lograría mi objetivo si lo intento de tal forma.
Me gustaría saber si has aprendido, si has criticado la vida que estás llevando. ¿Tienes miedo? Yo también lo tendría; pero cuando hay algo que capta tu atención, el miedo está pero no te influye, algo así como una presencia secreta. Eso me está pasando a mí.. y lo agradezco, la verdad.
¿Pensaste alguna vez en mí? Sorpresivamente, de la nada. ¿Lo hiciste? porque yo sí, y lo sigo haciendo. Es más: puede que ese sea el gran motivo de este escrito.
Porque pienso, y vuelvo a pensar, y créeme que vuelvo a preguntarme cómo fue que cometí tal error y logré interponer entre nosotros una barrera tal que nuestra comunicación ahora sea casi nula. No sólo es eso, sino es que también cree una barrera para mí, y ahora ya no sé ni siquiera cómo mirarte a esos ojos cafés infantiles que tienes. Y quiero remediarlo.. pero no sé cómo.
Entonces pasa que, en esas tardes nubladas y frías como la de ahora, pienso en cómo sería sentarme a conversar contigo. Saber qué hay detrás de ese payaso que todos conocen, saber cuáles son tus verdaderos dolores y quiénes podrían ayudarte a curarlos. Saber qué hay detrás de esa mirada que a veces posas sobre mí, saber por qué me buscas inconcientemente con esos ojitos almendrados. Aunque no me menciones, saber quiénes son realmente importantes, quiénes son los que en verdad te interesan. Saber cómo estás actualmente, en esta posición; cómo va la vida con esa persona que te acompaña, cómo es que están juntos hace tanto, si te llena como me gustaría que alguien lograra llenarme a mí. Pero estoy elevando demasiado mis expectativas, porque ni la más mínima conversación verdadera hemos logrado entablar desde ese día en que me sentí una basura.
Vuelvo al arrepentimiento, vuelvo a la realidad. Y pienso en cuánto me gustaría que supieras que me inspiras felicidad y cariño, que me pareces alguien que demuestra ser feliz cuando necesita más cariño que cualquier otro integrante de esa organización malvada de personajes que pasa a diario por mi cabeza. Por esto mismo es que destacas en ella.
Déjame que sea sincera, y pueda decirte cuán mal me he sentido últimamente por no ser capaz ni de decirte "hola", y que mi alegría cuando me dices la más mínima frase en esos encuentros ocasionales se asemeja demasiado a la de un objetivo cumplido. Déjame que sea sincera con estas líneas, y sea capaz de decirte sólo por este medio que me pareces hermoso con tus defectos y virtudes, con tus faltas y sobras, con tus risas y llantos. Deja que te diga que me muero de envidia al saber que otra persona puede acompañarte a diario, mientras yo no soy capaz de hablarte a pesar de que te veo y seguiré viendo al menos por un año; que me muero de envidia al saber que ahora sólo conversas con tu acompañante, cuando hace un tiempo nuestras conversaciones parecían y podrían haber sido infinitas, incluso con la existencia de esa persona. Déjame confesarte cuanto me arrepiento de no haber dejado que tocaras mis labios esa noche en que nos favoreció el alcohol, la soledad y la confianza.
Y cuando me dejes hacer todo lo anterior, deja que me arrepienta, que me retracte. Porque no quiero causar estragos con la estructura que tienes para tu futuro, no quiero derrumbar tus planes y traer más preocupaciones a tu vida. Creo que no se relaciona de ninguna forma con la intención enorme que tengo de algún día ayudar a que seas feliz, como te lo mereces, como se nota que ansías ser.
Perdóname por no haber estado cuando debía y cuando pude hacerlo, es que no sabía cómo acercarme, y me desespera aún más seguir sin saber cómo hacerlo. Pero a pesar de ello, yo sólo espero que esa sonrisa que muchas aman, jamás se vaya, y que el brillo de tus ojos, ese que sigue captando mi atención a diario, jamás desaparezca. También espero que no te olvides de esa señorita que alguna vez te hizo reír tanto como tú a ella, la que te escuchaba tanto como tú a ella; la que te mira y se derrite, la que torpemente soñaba contigo como una magna fantasía. La misma mujer que no es capaz de pensar en ti más que como en un cercano desconocido.

sábado, 9 de febrero de 2013

Bittersweet.

Hay un cielo inmenso y gris, una costanera gigante y mucho comercio, mucho consumismo, del que soy parte y con el que ni me inmuto aunque no sea del todo mi agrado.
Soy una turista más y me siento como Maya en el libro sobre su cuaderno: en estas frías tierras donde vengo casi huyendo de algo, inconcientemente. Intenté dejar todo allá, pero se me hace difícil. Extraño mi cama, mi perra y mi casa en sí. Mi ciudad, mis amigos. Pero, sí, ha servido.
Una de las cosas que siempre cargo, además de mis calzones, es mi memoria, y es ella misma la que me recuerda el paseo por estas mismas tierras hace dos años, donde todo era muchísimo más diferente. Qué difícil era estar contenta durante un día.
Tenía un caos en la mente y en mi familia, y a pesar de que el drama suponía ser mi culpa, todos teníamos cierto grado de responsabilidad. Las discusiones iban y venían, las penas, los llantos y las impotencias. Todo era pasajero: las alegrías, los llantos, y las peleas, pero tenía un dolor enorme. Y no sé cómo pude sobrevivir a ese año, mucho menos a esas vacaciones que hoy miro y me parecen horribles y totalmente actuadas.
Pero ha pasado el tiempo, y cambia todo cambia.. Creo que hoy somos todos distintos y tenemos un poquito más los pies sobre la tierra, como debe ser. Actualmente disfruto de todo lo que veo y me siento más madura; es increíble todo lo que pasé y reconfortante encontrarme aquí y hoy.
La playa (o más bien la costanera) es hasta más chiquita que la de La Serena, pero esta tiene un aspecto aún más solitaria porque no hay arena donde la gente vaya a hacer vida social, sino rocas y debo decir que cuando las vi pensé inmediatamente en una caída o un suicidio. Además, la playa está conectada con todo el centro y uno no ve tanto relajo, o sólo jipislovypiz por acá. Caminando puedes encontrarte con tipos con terno y maletines, con el peor de los aspectos para los que andamos de flojos acá. Se come rico y la gente es agradable, pero extraño mi ciudad.
A ratos me siento estúpida porque quiero entrar al colegio sólo para remediar algunos cagazos que me mandé. Siento que desperdicié gente preciosa, pero este año no dejaré que eso pase. Los tesoros más preciados son esos en los que menos uno se fija, y de eso me di cuenta a puro aburrimiento y reflexión en las noches antes de dormir.
Tengo planes para este año y creo que estoy súper motivada. Ha sido un gran Verano y espero que lo siga siendo; Así como espero que sea un gran año donde la mierda que expulsan las basuras de mi entorno no me afecte dentro de lo posible. No hay nada mejor para empezar un gran año que un clima, un aire y un ambiente como el sureño, además de la naturaleza y la diversidad que hay por acá. Es impresionante lo fácil que es sentarse, prender un cigarro, y pensar en profundidad más fácilmente que en cualquier otro lugar. Dicen por ahí que es el efecto de la famosa frasecita "Toda la magia del Sur"...

domingo, 20 de enero de 2013

"A veces no quiero, no puedo seguir."

Lo he pensado.
Me parece inconcebible que tantas personas quieran algo y no logren llevarlo a cabo, en qué momento la 'flojera' empezó a ser dominante. Nadie me avisó, pero al parecer caló hasta en mí.
Años atrás, cuando el problema era cotidiano y de variadas perspectivas (con eso me refiero a que llegaba, a la vez, a distintos grupos sociales) fueron capaces de unirse en un sólo movimiento y lograr el cambio en 180° grados, el cual hasta el día de hoy parece ser un logro que, aunque no hayas podido ayudar a realizar, te hace sentir demasiado orgulloso. Pero hoy, hoy parece que ya no hay ganas.
Hoy parece que el egoísmo es mayor y que la empatía, LAPALABRITAQUETANTOMEGUSTA, está cada vez más desaparecida.
A qué vamos a llegar con esto? qué clase de movimientos sociales o fenómenos podrían causar efecto si la población que está con ellos es, sin menospreciar, la que hasta el momento tiene una opinión bastante mirada en menos y que no es capaz de difundir o ampliar los medios de difusión para que esto sea masivo. Porque aunque su mayor afán sea unir a la población y lograr que a mayor adhesión, mayor respuesta a las demandas (cosa que no está muy lejos de la realidad), se dedican más que todo a excluir, a alejarse, mediante un pensamiento radical que no los llevará muy lejos a menos que el movimiento lo mantengan 3 generaciones más luego de su muerte.. y por lo que veo, la paciencia no es lo que más poseen. A pesar de que deberían tenerla de cierta forma, en algún sentido.
Y entonces es ahora que flojera y desunión se mezclan para el resultado final, que es lo que tenemos hoy. Casi dos años de pseudolucha que no han traído más que resultados que probablemente podrían haber sido logrados de forma más sencilla, sin tanto esfuerzo. Porque de que los políticos nos tienen pal webeo, nos tienen pal webeo. De que existe desigualdad, por la chucha que existe desigualdad. De que los diputados deberían ganar menos, HARTO menos que deberían ganar. Y de que, como alguna vez dijo el Che,si somos capaces de temblar de  indignación somos compañeros, puta que somos millones de compañeros en distintas realidades que si fueran capaces de ponerse en los zapatos del que peor está en estos momentos, lograrían arreglar aunque fuera un poquito la sociedad, el mundo en el que estamos viviendo.
No es posible que vivamos satisfechos, gozando todo tipo de placeres mientras hay niñitos en campamentos que no tienen la posibilidad de educarse, de divertirse, incluso de comer! Es eso normal? Alguien piensa eso cuando sale, cuando se junta con amigos? Porque yo lo vengo pensando desde hace 4 días, en que sí, he carreteado, pero juro que este pensamiento ha venido a mi cabeza en algún momento de la noche. Y todavía no puedo dejar de pensar en la indignación que me produce la realidad que viví hace un par de semanas, la cual supongo que estará por mucho tiempo.
Lo importante ahora es crear la conciencia, lograr que la gente no sienta sólo lástima con este tipo de cosas, sino que también indignación y ganas de hacer algo. Ganas de, aunque sea, regalar un paquete de fideos y qué se yo. Todo ayuda en algunas situaciones.
Y por lo demás, tener en claro que esa gente desvalida no está dispuesta a esperar que un grupo de pendejos haga show en las calles tirando molotovs o rompiendo obras públicas, semáforos o paraderos. Ellos no tienen tiempo para que un grupo de jóvenes que se supone tienen la madurez suficiente para demandar igualdad, use la violencia como medio en el Siglo XXI. Ellos simplemente no tienen tiempo..
Lo único que hay que tener claro es que es necesario organizar, y luchar. Pero hay que ser inteligente, porque pa qué vamos a andar con weás, si los políticos han sido inteligentes. De lo contrario, cómo llevan tanto tiempo haciéndonos weones? Pero en cualquier momento eso puede cambiar, es cosa de pensar y planear; organizarse, teniendo en cuenta que el sistema de arregla/destruye desde adentro, y sin ser enfocado desde ningún partido político. Simplemente de adentro, de forma inteligente y elaborada.

miércoles, 2 de enero de 2013

Me encantaba desde siempre. Cuando supe que había tenido problemas parecidos a los míos por el asunto de la sexualidad fui la más feliz, porque dije "tengo alguna oportunidad por acá"; pero era más grande. Tenía 21 y yo 16, al parecer eso la estaba preocupando.
Por lo demás, era la hermana de una gran amiga de cuando pequeña. La vi crecer, y para qué hablar de ella: si hasta escuchaba mis penas amorosas y líos mentales en las madrugadas de mi pubertad! Pero, diablos, qué exquisita era. Hace poco me había enterado que era ex novia de una conocida, casi amiga y muy confiable señorina que conocía desde hacían ya 2 años atrás. Se imaginarán la envidia que tuve.

Independiente de todos los datos que he dado sobre la susodicha, estaban mis ganas terribles de besarla y "hacerla mía" (no suena muy acorde teniendo en cuenta que tenía 5 años más que yo), pero de todas formas algo tenía que ver. Casi ni nos veíamos pues me había distanciado de mi amiga, su hermana, sin embargo de vez en cuando me acordaba de ella.. Era una persona profunda, de esas que te retan intelectualmente. Me encantaba la sensación jaja a veces leía sus actualizaciones en facebook, sus reflexiones y me parecía tan extraño. Había pasado por sus evoluciones! de chica emo a un toque de emo con rocker, de chica emo/rocker a rockera, y de rockera a lo que era hoy: una mujer peculiar y que bastante llamaba la atención.

Pero vamos a la parte interesante..

Con mis amigas habíamos organizado esa junta como forma de conmemoración a esas pequeñas salidas que teníamos donde íbamos a su casa (la de mi amiga. Sí, la hermana) a ver películas y comer palomitas. Aprovechábamos de hacer cosas súper lady como pintarnos las uñas, hablar de música, escuchar música y sacarnos fotos. Era algo así como una pseudopijamada niñita. Cabe mencionar que nunca fui la más contenta con esas cosas? Yo era la que se paraba, la que se iba a meter a la pieza de B (B es la hermana, es más fácil referirse a ella así). Yo era la que miraba su pared, y me acostaba en su cama. Yo era la que registraba su pieza por encimita, de simple curiosidad y ganas de no hacer las cosas que hacían mis amigas. Me aprovechaba de que B casi nunca estaba, porque se había ido a estudiar a Stgo. y al venir se encargaba de salir a carretear cada noche que se le daba la gana, a pesar de que no era de esas locas reventadas, sino bastante inteligente con esas cosas. Y en fin, luego de hacer esto, volvía a la pieza de mi amiga, F, y no hacíamos nada. Pero una noche en que me quedé a dormir allá junto a una o dos amigas más, pasó lo que quizás siempre esperé: yes, sir. That.
B llegaba de su típico carrete, era tarde, de madrugada. Yo, que siempre he tenido el sueño bien liviano, con el sonido de la escalera desperté y noté que mis amigas dormían plácidamente. No miento, en serio me dieron ganas de ir al baño, y me dió un poco de vergüenza el tener que encontrarme con ella. Intenté aguantarme pero ya no pude más, y me paré. B estaba sentada en su cama en un estado cómico que mezcla relajo/drogas/copete/ y el deseo sexual que supongo a todos nos embarga cuando nos embriagamos un poquito.
Yo me paré y fui al baño, a la vuelta sentí que me llamaba. No soy weona y no lo pensé dos veces. Al minuto estaba sentada en su cama conversando con ella.
Conversamos cosas interesantes, la actualicé un poco en lo que respecta a mi vida porque de lo último que habíamos hablado era de mis infinitos problemas en mi casa por mi sexualidad. Se empezó a sacar la ropa, supongo que empezó a hacer calor..
Tenía un cuerpo totalmente deseable: Senos pronunciados, caderas anchas y un trasero que me llamó mucho la atención aunque éstos nunca hayan sido mucho de mi gusto. Y yo? Bueno, en pijama. Con mi polerita ancha sin mangas y un pantalón animal print que en verdad me encantaba. Conversábamos de lo mejor cuando de repente, y no sé por qué, sonrió. Su cara me pareció invitándome a algo y se veía tan linda que no me pude resistir. Me tomó y nos besamos como hace mucho no lo hacía. Con pasión, deseo, y el inconfundible sabor a marihuana, cigarro y vodka naranja de su boca. Nos besamos como ambas queríamos, con la luz apagada y la puerta cerrada. Quizás esperando que el amanecer que ya venía no llegara. B fue de a poco, algo bastante peculiar teniendo en cuenta que no estaba del todo sobria aunque sí tenía bastante conciencia de lo que estaba pasando. Comenzó conociendo mi cuerpo y desnudándome; No podía creer que esa pieza que tantas veces recorrí tuviera nuestras ropas por todos lados y fuera testigo del momento de pasión que se estaba viviendo. Me hizo suya como siempre quise, me recorrió entera y vivimos la experiencia sexual más linda jamás imaginada. Creo haber estado, si no los tuve, muchas veces muy cerca de un orgasmo. Nunca me equivoqué al pensar que B era buenísima en la cama.
No sé por qué pero fui parte del éxtasis y el viaje que ella tenía bajo el efecto de las numerosas drogas según se notaba que había probado esa noche, me contagié con su placer además del que ya ella me estaba provocando. Parecía un momento perfecto, de esos que no quieres que nunca terminen. Sus gemidos, los míos, los mordiscos, los labios, agarrarle fuerte el pelo, el tacto; todo era perfecto. Para qué hablar de su lengua, que me recorrió como ni yo lo había hecho.
Fui volviendo de a poco en mí y vi su pared, llena de imágenes extrañas, y muchas fotitos de Avril Lavigne, recuerdo tangible de sus años de adolescencia (era su cantante favorita cuando tenía mi edad, aún lo recuerdo). Recorrí con mi mirada toda su pieza en un estado inconfundible y a la vez irreconocible, mientras ella tocaba mis senos suavemente; ya había vuelto en sí. Vi la ventana y vi que amanecía, "desperté" de golpe porque ya tenía que irme a la pieza de mi amiga, que estaba al lado. Le dije lo que correspondía y le di un beso que para ella fue un 'Sigamos el jueguito'; la detuve, ya no podíamos seguir. Me paré, me vestí y me fui. Intenté dormir pero no podía. ERA INCREÍBLE. LO QUE QUISE DESDE QUE CONOCÍA A ESA MUJER POR FIN SE HABÍA HECHO REALIDAD.
Lo gritaba dentro de mí anhelando tener a alguien a quién contárselo, pero no podía. Entonces dormité un rato hasta que las niñas despertaron. Bajamos a comer y B todavía dormía. Lo único que quería era que no despertara, no quería verle la cara, qué vergüenza meterse con la/el herman@ de tu amig@. Tomé mis cosas al rato, me despedí de sus papás y me fui con la otra amiga. Lo único que quería era salir de esa casa, pero no por tristeza ni preocupación, sino porque me sentía extremadamente contenta y satisfecha con lo que pasó esa madrugada y no podía mantenerme ahí callándolo. Parecía sacado de una película.
Y no me voy a olvidar de todo lo que llegué a sentir con esa mujer, la mujer tatuada y fumadora compulsiva, con el pelo negro no más abajo de los hombros. Los ojos profundos y cafés que hablaban más bonito que su propia lengua al momento de amar.

No, esta entrada no es del todo real. Nada puede ser tan perfecto, pero bueno, una que otra cosa sí que lo es..
10-4.